Me advirtieron
del peligro de los mecheros,
pero no de la gente que los usa y creen que no
es más que un juego el decidir despreciando al resto.
Ni del ego que les controla en momentos que toca
ser sincero.
No me
dijeron de la gente que al creerse más que el resto, tratan de obligarles a
pensar como ellos.
Que el
mundo está lleno de viejos que buscan seguir siendo lo que fueron por todos los
medios,
aunque estén equivocados,
aunque el tiempo les haya dejado en su lugar…
siguen
ciegos.
Y no es
cierto,
no es cierto que más vale mal conocido que
bueno por conocer,
que los
ideales valen más que el propio pueblo
que nada tiene que ver,
por más
que calle y asuma una situación injusta sin remedio.
Jugué sin
intención de perder y me acabe quemando de personas que imponen como si fueran
dios,
como si
su palabra fuera ley, lo único cierto.
De que
me crean un mierdecilla sin valor y las leyes les apoyen quitándome esos
derechos que dicen que tengo,
pero
que a la hora de la verdad solo son un mito, mareos.
El tiempo
pasara y los abuelos darán paso a los nietos,
los reyes caerán y acaban bajo la tierra junto
a los muertos,
los
profesores cabrones descubrirán que no eran más que insectos,
los políticos
inútiles que volaron como el viento viendo que todos tenían razón en unas cosas
y en otras mintieron,
que la
derecha y la izquierda no son las únicas decisiones a tomar, esta vida no solo son
blancos y negros.
Yo me
acabaré pelando y del quemado acabara saliendo nueva piel que me recordara a
aquellos que me encendieron,
los que en su día se creyeron importantes en
realidad solo fueron, con todo el respeto del mundo, gilipollas sin remedio.
Tantas cosas en las que creemos no son ciertas y, sin embargo, vidas, sociedades, mundos enteros, se construyen a partir de cimientos semejantes...
ResponderEliminarSuerte,
J.