miércoles, 4 de abril de 2018

Aprendizaje



Bebo de los versos de mi abuelo, de mis experiencias pasadas que sin saberlo me fueron llevando a donde estoy ahora.

Bebo de una vida de mierda que no cambiaría por nada, estoy entero, con mis más y con mis menos, pero entero.

Bebo del grial prohibido de tus labios secos, de los besos llenos de mentiras, llenos de futuros inciertos, vacíos de “tequieros” que quedaron atrás en los pudieron haber sido pero no fueron.

Bebo del gilipollas de turno que me dijo no puedo y yo, cabezota, hice todo por hacerlo.

Bebo de mis letras corridas por la lluvia que sin saberlo limpian mi conciencia perdida hace ya tiempo.

No seré yo quien diga lo que está mal y lo que por educación, costumbre o repetición, está bien para un público para el que los prejuicios son algo serio.

Bebo de un pasado del que aprendo sin avergonzarme, recordando mis errores y los de un pueblo que se empeña a negar su historia por penosa que sea, tropezando con las mismas piedras, cayendo en los mismos huecos, destruyéndose desde dentro, repitiendo los mismos versos.

Mi bandera es mi familia y mi apellido, pero también mis amigos con los que por decisión propia me encuentro, es la tierra en la que nací, el cielo que conozco desde que era pequeño y no me importaba la política, el racismo ni el género.

No paro de beber y aun así estoy sediento, sediento de lo que la vida me ofrece y yo sin miedo acepto.
Sediento de forzar mi cuerpo para ver si es capaz de llegar hasta el extremo sin romperlo.

Somos frágiles y sin embargo no sabemos lo que podemos alcanzar si no nos atrevemos.

La vida es demasiado corta y yo un necio que quiero aprenderlo todo, vivirlo, experimentarlo y seguir cambiando según bebo.

2 comentarios:

  1. Bebes demasiado a mi ver...
    Pero bueno, cada uno hace lo que puede.

    Saludos,

    J.

    ResponderEliminar
  2. De tanto beber de esta tóxica vida, cómo habrás quedado!!!

    ResponderEliminar