sábado, 13 de enero de 2018

Cierro los ojos



Cierro los ojos, siento la música, Ataraxia.
No conozco el amor ni quiero conocerlo,
conozco el sufrimiento que deja a su paso y no dejo de pensar en revivirlo.
Soy aquel que respira hondo antes de dar un paso adelante,
el que por tonto es bueno y que por bueno, no se plantea ser de otra forma.
Soy alguien que no piensa en su futuro si no es para dejarlo a su suerte,
el que confía plenamente en Dios y en el raciocinio que este le dio,
el que considera que el respeto se gana, no se tiene,
el que ve el atractivo del pecado que nos hace tan diferentes y únicos,
el que cree que todos estamos en el mismo escalón por muy altos que se crean algunos.
Soy el que rechaza cualquier tipo de violencia sin tener que ponerle apellidos,
cualquier tipo de injusticia sin etiquetarla,
cualquier tipo de desigualdad sean quienes sean sus protagonistas,
el que piensa que más de alguno se merece una paliza sin remordimientos.
Soy un principiante a escritor que dice su opinión sin que se la pidan,
que comete faltas de ortografía sin que le importen,
que lanza las palabras al aire sin esperanza de que sean recogidas.
Un ermitaño que está rodeado de gente,
un poeta sin poesía,
un budista sin meditación,
un arquitecto sin profesión,
un soñador sin sueño y con el café siempre en la mano.

3 comentarios:

  1. Cada uno se encuentra donde siente que está su verdad, simplemente.
    Un abrazo

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  2. Soy la que ese preciso día en que se publicaba este poema, cumplía años, de paseo por las playas de Brasil, con una caipirinha en la mano, bajo el sol.

    Somos lo que cada uno puede... Sin dudas. Y estamos donde nos dejen llegar.

    Saludos.

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