martes, 4 de abril de 2017

Fetsac 2017 (Día 2)


 Segundo día de la Fetsac con dos conferencias un tanto curiosas de las cuales solo mencionare la primera, ya que la segunda como su nombre mostraba era un poco fake.

“Turismo parece, ciudad es. Benidorm” de mano de Ergosfera

Benidorm ciudad turística por excelencia con una densidad edificatoria y de personas por encima de lo normal. Si construyéramos siete Benidores en la costa de España, todas las playas serian vírgenes por lo que, ¿Esa mentalidad de urbanismo densificado es tan mala como creemos?

Esta charla nos ha dirigido la vista a donde solemos evitar mirar haciéndonos darnos cuenta de las escalas de grises que esta ciudad lleva consigo y de su riqueza urbanística enterrada en el turismo.

Una ciudad plenamente de servicios obviando completamente la industria. Una ciudad en la que los movimientos de población a lo largo del año no varían con los saltos entre verano e invierno a los que estamos acostumbrados, una ciudad en continuo movimiento y que cumple con su misión turística con la que estuvo planeada desde un principio.

Al margen de todo lo malo y lo bueno, y del gusto de cada uno, Ergosfera nos ha contado lo que hay, buscando riqueza hasta en la basura, especificando especialmente en el Ensanche de la playa de Levante donde predominan los apartamentos y los hoteles y el espacio público se ve reducido a su mínima expresión. Una ciudad donde pese a ello es difícil diferenciar entre lo público y lo privado. Una ciudad planificada en un principio pero que luego ha ido creciendo a gusto de los habitantes evolucionando en algo más, dejando las ilegalidades a un lado.

La mezcla de planificación y no planificación lleva a la ciudad a tener una riqueza en cada esquina, allí todo vale, desde el rascacielos más cutre a pequeñas obras de arte, cada uno monta su chiringuito llegando a convivir gente de todo tipo.

El hecho de que la gente repita Benidorm como destino, de que la gente prefiere el tumulto que ahí se ofrece a la tranquilidad, la rotura de límites entre lo construido y no construido, nos hace ver que nuestro pequeño “Las Vegas” no es solo la fachada que nosotros vemos en las postales.

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