martes, 11 de octubre de 2016

Dakota


Tras siglos sin abrir ese cajón, Oriol se encontró “frente a frente”  con una fotografía que le reavivó recuerdos que creía perdidos.

En ese trozo de papel se encontraban dos personas a las que costaba reconocer.

Una de ellas era un Oriol más joven lleno de sueños de futuro que jamás se cumplirían, con unas ganas de comerse el mundo que aun mantenía, con unas rarezas que habían desaparecido y sin otras que no tardarían en aparecer.

Un Oriol feliz de estar allí, más flaco y barbilampiño, pero sin nada en su vida de lo que entristecerse.

A su lado, se encontraba lo que durante un periodo de no más de dos años, había sido una de sus mejores amigas. Tardó unos segundos en nombrar su nombre en su cabeza, Dakota, hacia ya mucho tiempo que no había vuelto a saber de ella, todo había acabado de forma desagradable. Con los días, meses y años, esa situación y sentimiento fue desapareciendo junto con su voz, su rostro y demás recuerdos.

Su voz… Oriol de repente se dio cuenta de que ya no recordaba su voz, pero la tristeza de aquel final seguía allí junto a aquella foto.

“Pobres chicos, no saben lo que les espera”

Murmuró para sí mismo mirando aquel papel, le hubiera gustado hablar con aquel chaval sonriente para evitar que cometiera sus mismos errores, enseñarle todo lo que había aprendido debido a aquella situación, pero se dio cuenta de que ser consciente de haberlos cometido habían hecho de él lo que era ahora.

Dakota había sido la única persona en el mundo a la que había odiado y perdido, ahora esos sentimientos habían desaparecido dejando una tristeza que había acabado aceptando.

Cogió su mechero y sin pensárselo dos veces empezó a quemar una esquina de la foto dejándola colgada entre dos dedos para que el fuego se extendiera, poco a poco la imagen de aquellos chicos empezó a desaparecer como lo habían hecho en la realidad.

Eso ya formaba parte del pasado, de un Oriol y una Dakota más jóvenes a quienes les esperaba pasar uno de esos malos tragos que da la vida.

“Gracias Dakota por hacerme quien soy ahora, espero no volver a saber de ti por nuestro propio bien” dijo Oriol antes de tirar el papel aun en llamas a la papelera.

1 comentario:

  1. Muy buen relato! Me gusta mucho leerte! siempre dejas una reflexión en el aire!

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